Por que congeniamos mejor con los que compartimos gustos musicales

Típico. Estás en una fiesta, no conoces a nadie y de improviso suena una canción que te gusta. Observas si alguien más se anima con el tema o mueve la patita, hasta que a lo lejos, ves a otra persona que también lo disfruta en su soledad. ¡Estás salvado!, ya tienes tema de conversación y un nuevo conocido. Pero hay un factor clave: Antes de conocerlo, ya te cae bien.

Pasa en todo orden de cosas: con la pareja, los suegros, nuevos compañeros de universidad o trabajo. Y es que hay gente que tiende a elegir a sus amistades dependiendo del gusto musical que ellos tengan; es más sencillo que hablar de política, religión o fútbol, temas peliagudos en donde no siempre se puede salir bien parado y en que una simple conversación puede acabar en un mal rato.

Existen variados análisis acerca de cómo los individuos, además de elegir a su entorno en relación a sus gustos musicales, extraen ciertos aspectos de la personalidad del otro. Un estudio realizado en 2006 por Peter Rentfrow y Sam Gosling fue publicado en la revista Psychological Science, encontrando que los universitarios que conocen a sus pares en internet tienden a preguntar más por la música que por otra categoría de conversación similar.

Además se comprobó que la gente con cultura musical amplia predice con relativo éxito algunas características de la personalidad y los valores del otro.

Cuando conocemos a alguien que comparte nuestros gustos musicales, aumenta la atracción o simpatía hacia esa persona. La tesis ya fue explorada en septiembre de 2010 en un artículo del Social Psychology Bulletin, por Diana Boer, Ronald Fischer, Strack Micha, Michael Bond, Lo Eva, y Jason Lam. En el estudio se le pidió a los voluntarios, conocedores de Metal o Hip-Hop, evaluar a distintos individuos con gusto similar, distinto a ellos, o bien que no expresaran ninguna clase de fanatismo exacerbado a través de una tabla de reconocimiento, analizando distintas ideas, valores o comportamiento. Evidentemente los sujetos se inclinaron por los desconocidos que compartían sus gustos, sólo basando sus respuestas en suposiciones, percepciones y sensaciones, ya que bien pudo habérseles engañado diciéndoles que tal persona profesaba su mismo fanatismo por un estilo determinado, cuando no lo era.

El estudio sugiere entonces, que socialmente estamos determinados a relacionarnos con gente que comparte nuestros gustos musicales, ya que la influencia de esta rama del arte suele ser un fácil indicador de la personalidad de los individuos, entendiendo que por lo general cada estilo entrega valores, mensajes o ideas, las que congregan a los seres humanos en torno a un mismo género específico. Esto nos hace sentir más seguros, siendo parte de un clan establecido.

0 comentarios: